FILOSOFÍA VS. TV(R)

La función de la televisión vs. la función de la televisión registrada

La filosofía y la televisión nunca se llevaron bien y esto ocurre precisamente porque la televisión consta de filosofía propia, impenetrable en las supuestas reflexivas y políticamente correctas mentes filósofas contemporáneas. Los filósofos tienen suficientes temas para abordar y seguramente más importantes que abismar sobre la caja boba; la credibilidad y seguridad que brinda un filósofo al opinar sobre una temática tan frívola como la farándula o Bailando por un Sueño probablemente sea menor a la del filósofo que se niegue a manifestar su concepto sobre este circo, y deje opinar a quienes verdaderamente están capacitados para hacerlo.

Sin embargo, la problemática que deben enfrentar estas mentes incomprendidas es justamente que no hay lugar para ellos en los medios masivos de comunicación, y es por eso que al momento que llaman a un pensador para redactar una columna en prensa escrita o como invitado a un programa de radio o televisión, no es para reflexionar sobre Platón, Descartes o Nietzsche; sino para fundamentar la banalidad televisiva desde la más profunda ignorancia, o peor: desde el resentimiento que genera no poder hablar sobre lo que quieren hablar, y se vean obligados -para tener un espacio- a comentar lo más intrascendente a su criterio desde el facilismo y pecando -como todo buen filósofo- de una desbordante soberbia, colocándose en un pedestal e intentando apuntar contra todo aquello de lo que la gente llena su tiempo libre, es decir, todo menos los pensamientos filosóficos que ellos ansían difundir.

No es difícil encontarse en periódicos -inclusive de nuestro país- que critiquen la vulgaridad de la televisión, o más precisamente de Bailando por un Sueño, que puede ser cierta o no, pero nunca desde el punto de vista que estas creídas mentes superiores plantan, comentando -como están acostumbrados este tipo de filósofos a hacer- sin saber realmente sore qué están hablando y dejándose llevar por comentarios y creencias subjetivas e improbables que se crean dentro de sus pobres pseudomentes críticas. Estos inteligentísimos seres -que consumen la misma basura televisiva que cualquiera que esté leyendo este informe- hablan simplemente desde esta subjetividad absoluta, y por ello aplaudo a los filósofos que en lugar de intentar analizar la tv desde sus propios paradigmas, intentan analizarla desde la tv misma, con la óptica propia de esta institución, por más que seguramente no lleguen a ser queridos por sus colegas. El libro Televisión: Apariencia y verdad del filósofo español Gustavo Bueno (leí algunos fragmentos en Acrobat Reader y es excelente, altamente recomendable), lo manifiesta de manera fantástica, definiendo las críticas de varios pares suyos como < como filosóficamente indoctas>>, nadie mejor que un filósofo para criticar a los filósofos.

Esta breve introducción es para llegar al episodio que tuvo como protagonistas al filósofo Tomás Abraham y a los conductores de TVR la semana pasada. Resulta que el sábado de la semana pasada, el emblemático programa de archivo puso al aire un informe sobre la denuncia al Padre Grassi y la pedofilia, lo que derivó en la manifestación del descontento por parte del invitado:

INFORME GRASSI:

LA PALABRA DE TOMÁS ABRAHAM:

Para sorpresa de todos, nuevamente los conductores de TVR no supieron manejar la situación, o como dijeron en un programa radial argentino , "no supieron defender éticamente el informe del programa". El planteo de Abraham, no era en definitiva muy difícil de refutar, ya que en la posición del catedrático "hay cosas que no se pueden mostrar", y justamente TVR parte de la consigna de servir sin anestesia pero desde una mirada crítica, todo lo que aparece en la televisión.

Se abre entonces, el histórico debate de lo que tendría que aparecer o no en la tv, una discusión que existe desde que la televisión es televisión. Después de tantos años de debate creo que la discusión ya tendría que estar terminada, la televisión está para mostrar, para que la gente se entere de lo que pasa en su entorno y en el mundo, y también para entretener. Pero por más desagradable o chocante pueda resultar una imagen, nunca se debe dejar de mostrar por eso, y si a alguien no le gusta tiene la obvia posibilidad de cambiar de canal. Sobra aclarar que hablamos siempre fuera del horario de protección al menor, cuando la responsabilidad de que menores estén frente a la tv corre por cuenta de los padres y no de la televisión en sí, porque imágenes violentas en horario de protección puede atentar contra la psicología de menores, y eso ya sobrepasa los límites de la mencionada institución. Traigo el tema del horario justamente porque en Argentina ya no se respeta, y cuando algo así pasa en Argentina, no demora en llegar a este lado del río. En la vecina orilla existe un programa denominado Tardes de Acción, una versión vespertina de Policías en Acción, en donde sin piedad se muestran escenas de alto contenido violento en diversos sentidos.

Paradójicamente, en esa misma emisión de TVR, presentaron un informe sobre los límites de la televisión en donde dejaban ver cómo en GH India le avisaron a una chica en vivo que tenía cáncer, o en otro "show" le decían a los participantes cuál tenía o no HIV, de la misma forma que le dicen si están o no nominados. Desconozco si vale la pena meterse en el debate, pero acoto que si uno se mete en un programa de esas características después se tiene que bancar cualquier tipo de consecuencias, insito, cualquiera, porque quien vaya a participar de un reality tiene que tener bien claro que los productores harán lo posible para que te venga un patatús en vivo y poder lograr así el tan buscado pico de rating. En los únicos casos en los que creo que la tv debería cuidarse es en hacer públicos datos de la vida privada de figuras no públicas, y recuerdo para este caso, la divulgación de las crueles fotografías del caso Dalmasso difundidas por el noticiero de América el año pasado.

TVR puso al aire entonces un informe sobre los límites de la televisión que a criterio del invitado el propio programa sobrepasó, pero a su vez, el crítico puso sobre la mesa otra discusión, no sólo qué es lo que hay que mostrar y qué no, sino cómo hay que mostrarlo (la web television.com.ar elaboró la semana pasada un interesante análisis al respecto). Defiendo totalmente a TVR en este aspecto porque justamente gracias a su forma de mostrar las cosas, se logra que esta clase de información llegue a determinada franja etaria, lo mismo se rescata de CQC, que puede tratar temas serios con un contexto que atrapa a jóvenes que dudo hubiesen mirado un sábado de noche un debate sobre el caso Grassi entre Abraham, filósofos y sapientes en el tema. TVR es el reflejo de la televisión (que a su vez es el reflejo de la sociedad) en su máxima expresión justamente porque reúne información y entretenimiento: los dos pilares básicos de la tv. Obviamente defiendo la postura de TVR (no de los conductores) siempre y cuando se maneje dentro de determinados parámetros (léase respeto y buen gusto), no pasó con el delicado tema de la pedofilia, pero sí pasó en otras oportunidades que con tal de resultar graciosos u originales, PPT se pasó de listo y llegó a musicalizar la caída de las torres gemelas con el tema "New York" de Sinatra; conflictos de la FARC con canciones de Xuxa "Indios hacer barullo", o lo que llegó a ser peor: la masacre de Cromagnon con el tema de Sandro "Dame Fuego", Gvirtz tiene que dar gracias que ese día no estaba Abraham en el piso.

No es la única vez que un filósofo deja en jaque a los conductores de TVR. Pasó con Feinmann (ídolo) en el 2006 cuando les dijo al aire que lo que ellos hacían no era más que reproducir basura ajena y que formaban parte de todo eso, siendo peor porque encima toda la basura iba junta (aunque esa crítica sea trillada, es cierto que para que TVR sea coherente sólo debe asumir que está al mismo nivel que el resto de la tv). Más allá de lo bien que me caiga Feinmann, considero que está claro a raíz de este debate que los filósofos no pueden opinar sobre televisión simplemente desde su óptica y elaborar una crítica tan subjetiva y soberbia (por más que sean dos calificativos que le sientan muy bien a los filósofos), e insisto en que los informes de TVR son netamente sanos (los temas serios no hagan disfrutar al público como definió Abraham), y la televisión debe cuidar sus límites pero nunca caer en la autocensura, ya que su labor será siempre reflejar la sociedad de la mejor manera posible.

Una semana después de la discusión, el programa de Gvirtz puso al aire un informe con todas las repercuciones del enfrentamiento, lo interesante es ver la cantidad de gente que pudo defender a TVR mejor que los propios conductores en su momento:

ABRAHAM VS. TVR

Antes de poner el punto final, les dejo este video que demuestra que la televisión no es el único medio de comunicación que Feinmann ataca, pero la discusión sobre esto quedará para otra oportunidad. Feinmann desde acá te bancamos, pero si la gente que escribe mal no tendría que escribir, entonces la gente que pronuncia mal tampoco tendría que hablar... ;)

FEINMANN LAPIDARIO (ver primera mitad del video)