El mejor final para la joya más preciada del cine de animación.
En el 2001, cuando se estrenó Shrek (del estudio Dreamworks), distintos críticos de todo el mundo coincidieron en lo auspicioso que sería que Pixar dejara de competir contra sí mismo, y comenzara a tener contendientes afuera. Diez años más tarde, el tiempo evidenció exactamente lo contrario: afortunadamente el estudio responsable de Toy Story, nunca dejó de competir e intentar superarse a sí mismo, y no se limitó a superar a la otra oferta del mercado, que comprendió simplemente de historias absolutamente llanas y personajes efectistas que se acotaban a líneas flatulentas para generar la risa del espectador (con la salvedad de alguna extraña excepción). En Toy Story 3, los expertos de cine animado vuelven a demostrar que falta mucho tiempo para que encuentren una digna competencia.
Quince años después de estrenarse la película que revolucionó el cine de animación al ser la primera realizada en su totalidad por computadora, y diez años después de su aclamada secuela, los estudios Disney-Pixar se propusieron ponerle el punto final y cerrar una trilogía que quedará marcada en la historia del cine, ofreciendo un largometraje que se hizo esperar como pocos: Toy Story 3. Los entrañables juguetes Woody y Buzz Lightyear, son traídos una vez más a la pantalla gigante para enfrentarse a la frustración de saber que su dueño ya no es un niño, se va a la universidad, y ellos no tienen más que un futuro incierto. Un malentendido los lleva a una caja en la que se encontraban otros artículos que se donarían a un jardín de infantes, en donde los personajes deberán enfrentarse a salvajes niños destructivos, y a un desopilante pero siniestro régimen carcelario comandado por un oso de peluche de dudosos valores democráticos.
Cerrar una trilogía después de dos películas que han significado tanto para la industria, despertaba altísimas y casi inalcanzables expectativas, pero para sorpresa (y no tanto) de los consumidores de esta clase de cine, cada expectativa es colmada a niveles impensados. Desde la animación, la cinta no deja de sorprender con colores, texturas, movimientos, y planos, extraordinariamente reales, a lo que se le suma el cuidadoso trabajo que logran con el efecto 3D, haciendo que la experiencia sea aún más maravillosa, más allá que a diferencia de los últimos estrenos de animación, es capaz de sostenerse por sí misma y no necesita de este suplemento para lograr una gratificante reacción en el público.
Cada personaje es minuciosamente estudiado y presentado, incluso para quienes no han visto las precuelas, y trabajados desde un perfil psicológico que los convierten en seres aún más humanos que quienes pueden estar mirando la película. Cada vínculo, expresión, y línea, de cada uno de ellos, tiene un mensaje que atraviesa la pantalla. Tanto los héroes, como los villanos, se llevarán su aplauso, en contraposición a la primera entrega de Toy Story, en la que los villanos rozaban lo satánico y uno podía cuestionarse si era lo más acertado para una película dirigida a niños. Esta particularidad, que se había evitado en la segunda entrega, se vuelve a repetir, pero ya no le juega en contra porque los niños de esta generación son otros, están curados de espantos, y estarán agradecidos de la inclusión de malvados juguetes que sepan hacerle frente dignamente a los héroes de la película, y no sean los clásicos gorditos torpes que no hacen más que reírse después de elaborar un incoherente e infundamentado plan destructivo.
Pixar es el único estudio de animación que demuestra saber que buenos personajes no alcanzan para una buena película, y tanto el guión, como la forma en la que se desarrolla, provocan que el espectador, independientemente de su edad, no desvíe los ojos de la pantalla, manteniendo a todos en vilo hasta el desenlace. La trama ofrece momentos memorables, que estarán presentes durante varios días después de mirada la película, ya sea por el despliegue visual, el mensaje, o la indignación que pueda generar alguna situación; hay escenas que sin dudas merecen un hueco en el ranking de las mejores del cine. El humor, que era un factor olvidado casi en totalidad en las recientes Ratatouille, Wall-E, o Up, reaparece de la mejor manera, generando la carcajada sin subestimar nunca al público. Un Ken de ambigua sexualidad, un Buzz Lightyear con crisis de identidad, y un Sr. Cara de Papa con deformaciones estéticas, serán sólo algunos de los elementos que componen un menú que sabe compensar con humor, toda la cantidad de momentos emocionalmente fuertes de la historia.
De todas formas, la mayor virtud de Toy Story 3, es esa capacidad asombrosa de introducirse en los sentimientos de cada individuo que ocupe una butaca. La historia tiene la inteligencia de lograr acariciar las emociones de quienes se sometan a la experiencia de mirar una película que puede generar el prejuicio de imaginarse que es una para niños, y quizás efectivamente lo sea, pero antes que alguien pueda objetar, la película invita al adulto a convertirse durante dos horas en el niño que en algún momento fue, y embarcarse en un viaje conmovedor hacia su infancia, y al momento que la abandonó. Es este motivo, el que hace valer el costo de la entrada, y el más significativo para que no exista ser, que no merezca la dicha de vivir este prodigioso acontecimiento cinematográfico.
3 comentarios:
TELEMEDIOS ME ENCANTO SABER COMO UDS. COMPRAN A LA GENTE DE LOS CYBER PARA QUE VOTEN A FAVOR DEL CANAL 10 FELICITACIONES SON UNOS GENIOS...
Muy buena la crítica. Me estás sacando el trabajo!!! Jajaja.
Estás comprando gente para votar por el 10? Me hubieras avisado, que unos manguitos no me vendrían mal...
Saludos.
Jaja, pasa que algún otro crítico le dio medio punto menos entonces tuve que ponerme en justiciero para reivindicar a los juguetitos ;)
Y muchas gracias por lo otro Martín, porque ando buscando más gente, igual viste que tiene que ser "gente de los cyber" así que tenés que enviarme un documento que compruebe eso, sino no sirve... Una lástima que me hayan descubierto, pero al menos que reconozcan que mi idea fue genial... Tenía ahorrado para un finde en Floripa pero por suerte se me ocurrió salir a comprar gente en los cyber para que vote por canal 10, suerte que se me ocurrió esto a tiempo, sino hubiera despifarrado guita al pedo.
Abrazooo!!!
Publicar un comentario