GRACIAS GUSTAVO

El viernes me desperté con un sol radiante, parecía un día lindísimo; sin embargo, bastó entrar al facebook para enterarme que era un día de mierda. La publicación que encabezaba mi página de inicio era una de Bendita tv que informaba que había fallecido Escanlar. Cerré internet enseguida, queriendo no haber leído eso… La tarde anterior mi hermana me había mandado un sms diciéndome que habían internado a Escanlar, pero no me preocupé demasiado, estaba seguro que se trataba de otro de los sustos que nos viene dando en los últimos años…

No es mi intención hacer un post lacrimógeno, porque seguramente es la manera contraria a la que Escanlar le gustaría ser recordado. Sin embargo, es difícil ante esta devastadora noticia. En lo personal, Escanlar era un tipo al que admiraba muchísimo. Cuando tenía 14 años y empezaba a estudiar periodismo, había que armar una entrevista para alguien del medio uruguayo que admirara. Yo lo elegí a él. Al margen quedan sus metidas de pata y lo que hiciera en su vida personal. ¿Quién puede tirar la primera piedra en un medio tan podrido como el uruguayo? El tipo era brillante. Esa mirada tan particular, ese perspicaz y único ángulo con el que analizaba la realidad, me llevaban a pensar que era alguien que pensaba igual que yo, sólo que él sabía decirlo. No estoy seguro si existe o no la “envidia sana”, pero de existir, probablemente es lo que yo sentía cuando leía sus críticas y artículos.

Nunca le dieron una gran oportunidad... Eso es lo que más me da rabia de todo esto. Escanlar se fue sin que lo dejen potenciar todo lo que tenía para ofrecer. Por otro lado, su muerte puede ser una especie de venganza a una sociedad que no le dio su lugar. Fuimos nosotros los que nos quedamos sin escuchar todo lo que tenía para decir. Espero que esto sirva de algo, espero que alguien haya reflexionado, y se dé cuenta de cuánta gente se está yendo teniendo algo para dar, y este mediocre país no le da el lugar que merece, sino que sigue dando páginas, u horas de aire a paparulos acomodaticios que no tienen más que sancedes narcotizantes para balbucear, incluso sin estar del todo seguro de lo que dicen o escriben.

Fue un tipo que hizo pensar, por lo menos a mí, y sin lugar a dudas lo mejor que me dio estudiar periodismo fue la oportunidad de conocerlo personalmente. Se fue un tipo muy humilde y muy humano, pero más importante: se fue un mal necesario, un experto metedor de dedo en la llaga, y su ausencia duele. Siempre fue bueno leerlo y escucharlo, aprendí mucho de él y como un gran artista que fue, dejó al público con las ganas de más.

Me quedé con las ganas de agradecerle una excelente entrevista que nos dio a mí junto a dos amigos en la facultad. Me quedé con las ganas de ir a los talleres que hacía en una librería de 21 de Setiembre y siempre coincidían con mis clases de inglés. Me quedé con ganas de trabajar con o para él. Me quedé con las ganas de seguir leyéndolo y aprendiendo. No tengo dudas de que todo esto se va a realizar, solo que va a demorar un poquito más. Me queda agradecerte Gustavo, por esa huella tan profunda que dejaste. Te voy a recordar con mucho cariño y la admiración de siempre.

Un inmenso abrazo a Eleonora y a Violeta, y el profundísimo deseo de que puedan salir adelante de la mejor manera.