"En Canal 10 hubo una especie de golpe de estado interno"
-¿Con qué viene Santo y Seña?
-Te voy a ahorrar dos o tres preguntas en una: Si yo pudiera ponerle de nombre Zona Urbana a este programa, le ponía Zona Urbana. Van a haber investigaciones, entrevistas, va a tocar temas de coyuntura, pero también temas propios, va a tener dosis de humor…
-¿Cuánta presión genera que haya tantas expectativas sobre el programa?
-Son las dos caras de una moneda: más que preocuparme, me gusta, porque la gente tiene expectativas en base a lo que vio que hice en otras oportunidades. La gente valoraba lo que nosotros hacíamos, y mis intereses periodísticos siguen siendo más o menos los mismos. Me va a seguir interesando contarle a la gente lo que pasa alrededor, eventualmente denunciar las cosas que se tienen que denunciar, emocionarnos con esas historias de vida que merecen conocerse…
-También va a haber gente que va a estar esperando para hacer la comparación…
-Ya les ahorro trabajo: Les estoy diciendo que si pudiera ponerle Zona Urbana, le ponía Zona Urbana, ¿vos te referís a la comparación en cuanto si es mejor o peor? Que comparen…
-A vos te pasó con Pan y Circo, que cuando arrancó, los ojos estaban puestos especialmente en cuánto se parecía o no a Zona Urbana…
-Es inevitable. Con un programa que marcó una huella como fue Zona Urbana, si el conductor hace otro programa yo creo que hasta el día que se muera lo van a seguir comparando con eso. Tampoco me deprimiría si en la comparación la gente concluye que estaba mejor Zona Urbana. Son difíciles de comparar porque el público de ahora es distinto al del 2003 cuando empezó Zona Urbana. Para empezar porque ya vio Zona Urbana entonces la primera vez ya fue… La virginidad se pierde una sola vez. Me tiene sin cuidado, aunque la gente diga “como Zona Urbana nunca hubo ni va a haber”, a mí lo que me importa en definitiva es si le interesa este programa, así sea el segundo o el tercero de los mejores que vio en su vida. Lo que me importa es hacer un programa digno, que esté bueno y que a la gente le guste. Mejor o peor que Zona Urbana, me tiene sin cuidado. Primero porque son parte de lo mismo, es una continuidad...
-Sin embargo vos llegaste a declarar en alguna oportunidad que tenías ganas de volver a la tele, pero no necesariamente con Zona Urbana sino con otro formato, ¿qué fue lo que cambió?
-Nosotros dejamos de hacer Zona Urbana porque estábamos quemados. Es una picadora de carne esa exigencia de tener todas las semanas un informe contundente, fuerte, que pegue, y me imagino que el burnout me duró unos años y ahora me volvieron las ganas. Tuve otras propuestas de hacer otro tipo de programas, pero éste es el que más me gustó y lo quise hacer porque es un formato en el que entra casi todo. Yo acá puedo hacer entrevistas, investigaciones, y es netamente periodístico que es lo que me gusta hacer.
-¿Cuáles fueron las otras propuestas?
-Se manejó la idea en algún momento de hacer un programa vinculado a la idiosincrasia del país, o a algunos hechos de la historia…
-¿Cuál va a ser el rol de los panelistas?
-Son periodistas, y son los periodistas que van a estar investigando y haciendo los informes que llevan mucho laburo y mucho tiempo. Además, va a estar Claudio Romanoff, que es el director de Telenoche, en una columna de análisis de la coyuntura conmigo.
-¿Sentís este proyecto más propio que Zona Urbana?
-Sí, yo lo siento más propio. Acá tengo la dirección periodística, yo soy el que decide los contenidos del programa, más allá de todo un equipo que está laburando como Andrés Borges y Félix Castro en la producción. Acá yo siento que estoy asumiendo una responsabilidad más directa sobre la globalidad del programa. En Zona Urbana si bien tenía una gran injerencia, no era tan así…
-Zona Urbana se presentaba en cierto sentido como un programa que “molestaba”, ¿cuánto va a molestar Santo y Seña?
-Hasta ahora no me he puesto a pensar en esos efectos. La verdad es que lo que estoy pensando es por la positiva: “qué bueno que se sepan estas cosas”. Claro, si te ponés a pensar, casi que por definición, cada información oculta que vos reveles, le está afectando directa o indirectamente a alguien. Pero ya sabemos cómo es el juego…
-¿A tus colegas del medio les molesta o les gusta que vuelva este periodismo?
-No trabajo para mis colegas. Yo trabajo para la gente.
-¿Alguien del medio te llamó para felicitarte?
-La gente de Canal 4, todos…
-En una nota a Sábado Show, planteás que vas a hacer lo mismo pero de una forma que no te termine jugando en contra, ¿en qué te vas a cuidar?
-Yo cuidaría un poco el tono, el “cómo” decirlas. En definitiva estoy diciendo que el objetivo sigue siendo el mismo y que vamos a laburar para contar las cosas que nos enteramos, porque si no, ¿qué gracia tiene? Quizás el final sea el mismo porque es tan fino de lo que estoy hablando, que para algunos grupos de poder, políticos o empresarios, no hace la diferencia. Lo que para mí puede ser importante y un aprendizaje, a la hora de la verdad vaya uno a saber si hace la diferencia; y si los eventuales perjudicados no ejercen presión para que no sigamos al aire... No lo sé. Pero ahí está la dirección del medio de comunicación, por eso uno de los aprendizajes de la experiencia pasada está en tener una buena relación con la dirección del medio. De esa forma, no va a haber sorpresas para ellos, y el día que reciban la llamada de alguien molesto van a saber defender lo que el programa hizo, porque cuando haya temas complicados, lo vamos a estar charlando previamente. Por eso digo que es importante una relación fluida entre la dirección y nosotros, cosa que ya estamos aplicando…
-¿Harías la misma entrevista a Lacalle que generó tanta repercusión en el programa? Fernando Vilar por ejemplo en una nota para No se lo digas a nadie decía “Quiero ver si Ignacio Álvarez hace en tv la misma entrevista que le hizo a Lacalle en la radio…”
-Quizás quiso decir “si me dejarían”… Habría que preguntarle a él qué quiso decir. Obvio que yo haría la misma entrevista. Una entrevista es una entrevista. Yo pregunté, ni agredí, ni ofendí, ni acusé a Lacalle. Yo le hice preguntas con toda la investigación previa y documentos en la mano. De hecho él se despidió correctamente, no me dijo nada fuera de lugar, al tiempo me lo encontré y le di la mano…
-¿En Sarandí no molestó esa entrevista?
-Preguntale a los directores de la radio. A mí no me hicieron ningún comentario negativo.
-El tema es que un televidente que ve que por actuar de determinada manera, según vos, hizo que te quedaras afuera de la televisión durante tantos años, puede pensar “ah, éste ahora va a tener mucho más cuidado en lo que hace para que no le vuelva a pasar lo mismo”…
-Eso que lo diga la gente. Yo siento que el principal capital que tengo es la credibilidad basada en la autenticidad, eso quiere decir que la gente compra algo en lo que confía porque le gusta ese estilo de llamar las cosas por su nombre y mostrar las cosas como son. El día que yo pase a hacer un periodismo lavado, insulso, voy a perder mi principal capital, aparte de que no podría hacerlo porque va contra mi esencia. Entonces, moriré con las botas puestas o el Uruguay, los medios de comunicación y nosotros en la parte que corresponda aprenderemos a coexistir de la mejor manera, siempre que se labure responsablemente bajo la premisa de que somos leales a la gente y de que estamos haciendo nuestro trabajo sin segundas intenciones.
-Hace tiempo que estás en negociaciones con Monte Carlo, ¿qué fue lo que hizo que se demorara el proyecto?
-Hubo demoras atribuidas a la grilla del canal, como el mundial… Hubo factores de ese tipo.
-¿No hubo ninguna condición tuya que estirara la negociación?
-En cuanto al encare del programa hubo idas y vueltas. Empezamos planteando algo parecido a lo que vamos a hacer, después el canal quiso explorar otras opciones, y finalmente terminamos en el mismo lugar coincidiendo en que es lo que más nos interesaba a todos. Si durante cuatro años yo no hice televisión fue porque durante cuatro años los canales no querían asumir ese riesgo, a pesar del beneficio casi seguro que sabían que les iba a reportar a nivel comercial, rating, imagen, etc. Sería tonto decir que eso desapareció totalmente de la cabeza de la dirección del canal porque es parte del paquete. El tipo de periodismo que hacemos, necesariamente va de la mano con una cuota de riesgo en ese sentido, de que en algún momento podés molestar a alguien y generar presiones a nivel político o económico… Lo que yo interpreto a la luz de los hechos es que siendo consientes de esto, después de todo el tiempo de dialogo y conocimiento entre la dirección del canal y yo, la ecuación fue cerrando, en el sentido de que se pueden minimizar esos riesgos, que siempre van a estar presentes, y capitalizar los beneficios, en una puesta que ojalá sea lo más duradera posible.
-En el 2008 cuando te rescinden el contrato en Canal 10, se habló de que también tenías un proyecto bastante avanzado, ¿por qué se frenó en aquel momento?
-Sí, ya teníamos un programa con día y hora agendado, una producción asignada, y de golpe se nos dijo que el programa no salía… Y a partir de ahí me quedé sin pantalla.
-¿Cuál fue el motivo que te dieron?
-Primero me dijeron que era por razones presupuestales pero les dije que no me cerraba, porque era inllevable el argumento. Entonces empezaron a hablar de que se venía el año electoral, de los riesgos que suponía un programa como el nuestro, y cuando sugerí cambiar el formato y propuse hacer un programa de entrevistas, fue cuando me dijeron “entrevistas, no interpelaciones”. Ahí les vi las patas a la sota, me quedó claro que habían cambiado las cosas en el canal, de hecho hubo una especie de golpe de estado interno y quienes ahora tenían las riendas no querían asumir esos riesgos de los que hablaba hoy, de lo que mi estilo periodístico genera.
-¿Te fuiste pegando un portazo?
-No pegué un portazo, pero me fui caliente y dolido porque de pasar de ser una de las principales figuras del canal, una de las principales apuestas a futuro y una cantidad de cosas, a que te digan “no, acá no tenés lugar”, es un cambio tan radical que me dolió por mí y por el periodismo, por el país, por la gente… Es jodido que no se pueda hacer periodismo libre en la televisión. De la misma forma por eso creo que el comienzo de Santo y Seña por Monte Carlo es una buena noticia para nosotros pero también para la gente y para los colegas.
-Te preguntaba por cómo había quedado en aquel momento tu vínculo con Canal 10, porque me llamó particularmente la atención que en el libro que publicó el año pasado Heber Villar, el gerente de programación del canal, en el que se hace referencia a los éxitos más importantes que tuvo el 10 a lo largo de su gestión, no se te menciona...
-¿En serio? (Risas) No te puedo creer. Muy gracioso… Patético. A mí me cuesta creerlo. Capáz que a ellos les dolió algún comentario que yo hice después y por eso no me pusieron en el libro, pero te das cuenta que eso es tener mentalidad provinciana, pequeña. Yo puedo estar enojado con la decisión de Canal 10, pero no dejo de reconocer todos los años de apoyo que nos dio, la oportunidad invalorable de salir al aire con un programa como ese, y de haber laburado bien. Una cosa no quita la otra. Ahora pueden estar calientes o lo que sea pero dejar de ver un elefante que se cruza por adelante como fue Zona Urbana me parece muy pobre. Pero bueno, allá ellos… Qué increíble…
-¿Quiénes y por qué te bajaron el pulgar concretamente en este tiempo?
-A mí me han llegado versiones casi imposibles de confirmar… Pero de que sí había malestar por varios lados… En Canal 12 la versión que me llegó fue que tenían la idea de que yo era una persona difícil de controlar y que por eso no querían arriesgarse más allá de que tenían un excelente concepto profesional sobre mí. Después también me han llegado versiones bastante fuertes de que actores políticos, del gobierno, y otros grupos poderosos querían que yo dejara de hacer televisión.
-Eso mientras estabas al aire…
-Sí, mientras estaba y después por algo pasó lo que pasó… Es lógico pensar que esas presiones se mantuvieron o aparecían a la hora de que asomara la posibilidad de que yo volviera a la televisión.
-¿En algún momento hubo algún periodista que sugiriera que vos no te incorporaras a determinado canal?
-Ahhhh… Tengo la versión de un coordinador periodístico de un canal, pero no tengo evidencias así que no puedo decir más datos…
-Se había hablado de la posibilidad de entrevistar a Mujica para el primer programa, ¿se concretó?
- Lo invité, pero hasta ahora no he tenido respuesta.
-¿Tampoco negativa?
-Tampoco negativa, que es peor, porque prefiero llegar a un punto que me digan sí o no, y no nada, pero vamos a esperar. Tampoco me muero por una entrevista con Mujica, si la da bien, sino también.
-En el último mes dio dos entrevistas televisivas: una a Nano Folle y otra a Sonia Breccia, ¿las viste? ¿te gustaron?...
-La de Nano sí, dentro de su estilo. No es la entrevista que hubiera hecho yo, pero fue una entrevista como intimista… Mujica es un tipo que te rinde en todas las canchas, entonces ésta fue más por el lado reflexivo, vivencial, emotivo, humorístico… La de Sonia Breccia no la vi porque sé cuál es el estilo y no me interesa…
-¿Qué se va a ver en el primer programa?
-El informe central tiene que ver con los enfermeros homicidas pero no puedo adelantar mucho más, sí puedo decir que estamos descubriendo puntas bastante inquietantes y que van más allá de esos casos conocidos.
1 comentario:
tengo algunas ideas y situaciones para comentar personalmente.saludos
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