Valeria Lynch pasó el fin de semana entre uruguayos. El jueves y viernes participó de
las imponentes emisiones de Soñando por Cantar desde el Palacio Peñarol, el sábado
dialogó con los medios en Iturriaga junto a su productor Diego Sorondo, y el domingo
deslumbró a 2100 espectadores en el Cine Teatro Plaza con su formidable show Loba. En un diálogo
con Telemedios, la cantante y jurado estrella de Ideas del Sur habló sobre la experiencia
en el ciclo que conduce Mariano Iúdica, cómo vivió la noche del programa en Uruguay,
su regreso a Cantando por un Sueño, cómo es calificar a su marido en el programa y la
posibilidad de integrarse a Bailando por un Sueño.
"Tinelli baja mucha línea en Soñando por Cantar"
-¿De qué se trata el show Loba que estás presentando en la gira?
-El show se llama “Loba” y hace alusión al tema “Como una loba”, que es un tema mío muy
conocido y muy popular, y lo que quise fue ponerle un título que fuese cortito y contundente,
que la gente me identificara. Debuté con él haciendo cinco Gran Rex a full, divinos, y empecé a
recorrer el país y el exterior. Esta vez vinimos al Plaza y estoy contentísima porque es un lugar
en el que siempre quise estar, y por diferentes motivos nunca estuve.
-¿Qué tenés vos de “Loba”?
-Todo. Soy una madre que amamanta a sus cachorros desde siempre, no los dejo ir, me quedo
con ellos, los abrigo. Yo lo tomo por ese lado lo de “loba”; después, que “me como el mundo”
no sé, pero sí aúllo, aúllo fuerte, y cuando piso el escenario me convierto totalmente, eso
tengo.
-Las entradas se agotaron en seguida, lo que es poco común acá, y más en el Plaza que
es un teatro tan grande…
-Estoy muy contenta, se agotaron todas las localidades hace veinte días… El año pasado
nos fue muy bien, hicimos tres Teatro Metro. Yo creo que lo que pasa ahora es Soñando
por Cantar, en donde el público te empieza a ver en otra faceta, te ve más humano, más
parecido a ellos, que de hecho lo somos. La gente cree que el ídolo es inalcanzable y este
programa nos “humaniza”, nos mete adentro de la emoción, y la gente se engancha mucho
con eso porque ve que somos iguales a ellos, y que al dar una devolución a un participante
usamos el respeto como cosa primordial. Todo eso hace que la gente empiece a interesarse de
otra manera en vos. Yo creo que eso tiene mucho que ver porque no nos pasa acá solo, nos
pasa en todos lados a los tres: a Patricia (Sosa), Alejandro (Lerner) y a mí. Yo soy una artista
conocida y reconocida de hace mil años, y tengo la suerte y el privilegio de tener al público
conmigo desde hace mucho, pero lo que pasa ahora es inédito, es algo impresionante. El otro
día veo un tweet que me mandó una señora que me decía: “Estamos en familia mirando el
programa, te sigo desde siempre. Mis hijos que son chiquitos empiezan a pedir tu música”. Es
algo que pasó las generaciones, los estratos sociales, es un programa que apela a la emoción.
Todo eso te da un plus que es que la gente te empieza a conocer realmente como sos, en otra
faceta...
-¿Lo decís marcando una diferencia con la forma de la que los ve el público en Cantando
por un Sueño, por ejemplo?
-No, para nada. Nos mostramos de una manera de la que no nos mostramos cuando hacemos
un espectáculo. Acá estamos sentados juzgando a alguien y poniendo la emoción a disposición
del participante y el respeto. La gente te empieza a ver diferente, de otra forma. Cuando hago
un show hablo con la gente, pero la premisa es la música, mostrás lo que hacés y te vas,
no te ven en una faceta humana, te ven como artista. Ahora nos ven hablando, y no sabían
que nosotros también podíamos pensar como ellos o que nos pasaran las mismas cosas que
les pasan a los que están cumpliendo el sueño. De todos modos sí, me parece que era un
programa que le hacía falta a la televisión argentina. Es un programa que rompe con todos los
cánones de lo que pasa ahora en la televisión. Un programa que viene a revolucionar a los
productores, porque hasta el propio Marcelo Tinelli está pensando en cambiar el formato de
Bailando por un Sueño porque se está dando cuenta de que ya no van más los exabruptos, las
peleas, los escándalos, por lo menos eso dijo, y espero que sea de esa manera. Que nosotros
seamos ejemplo de la buena televisión a mí me encanta.
-Sin embargo el programa arrancó de otra forma…
-Cuando arrancó Soñando por Cantar, la vedette era la palanca. Los productores nos
decían “chicos, ustedes tienen que bajar la palanca y eso para la gente va a ser tremendo”,
y nosotros: “bueno, está bien”. Empezamos de esa manera, pero a medida de que se dieron
cuenta, televisivamente hablando, de que lo que “garpaba” era poner gente que cantaba de
verdad, gente con historias de vida interesantes que le dieran un plus emotivo dentro del
certamen, las palancas fueron quedando en el olvido. En Montevideo no bajamos la palanca
porque había mucho, mucho talento. La segunda noche estuvo un poquito más floja y tuvimos
que bajarla porque tenemos que ser consecuente con una forma de ser: Si yo no bajo palanca
a alguien que es muy notorio que desafina mal, los otros participantes se podrían sentir mal. La
verdad es esa. Ahora la palanca se baja por necesidad nomás, antes era costumbre…
-Antes esa era la gracia…
-Claro, era la gracia. La forma del programa fue cambiando y ahora si no están las palancas es
lo mismo. Pero a mí me gusta de esta forma.
-¿Cuándo sentiste que el programa hizo ese click?
-Creo que cuando fuimos a Misiones. Antes en el casting elegían gente que cantara mal
también, ahora fueron descartando a los que cantan mal, y es solo gente que canta bien.
En Misiones empezó a haber gente talentosa de verdad. Yo no sé cómo se manejan los
productores, pero por ahí Marcelo les dijo. Marcelo llama mucho, baja mucha línea y les
dice “chicos, por ese lado no…”. Él le dijo a Polino que no dijera más “chau, chau, chau” porque
no era el Soñando por Bailar sino otro tipo de formato, y en ese momento Polino empezó a
desdibujarse porque hacía de malo. La realidad es que por todos lados nos fueron tirando
data para que cambiáramos la forma del programa, cosa que sinceramente me alegra mucho.
Me encanta. Nosotros tenemos permiso para faltar cuando tenemos show, y te juro que no
queremos faltar, porque la verdad es que nos gusta tanto lo que hacemos, nos llena tanto el
corazón, que queremos estar siempre ahí.
-¿Cómo fue la noche del programa en Montevideo?
-Impresionante. Nunca elegimos diez personas. Lo máximo que elegimos fueron seis o
siete en Tucumán, que había un talento bárbaro. Me dijeron que el rating fue brutal, pero
más brutal fue el amor que nos dieron. Yo me sentí querida desde que pisé Uruguay hasta
ahora. Mientras hacemos la nota, afuera hay un montón de chicos esperando para saludar o
sacarse una foto. Me pasa que hay chicos chiquitos, que nos dan besos y nos mandan dibujos.
Chicos adolescentes, que no son de nuestro palo ni nosotros del de ellos… En otro momento
a ninguno nos pasaba eso, a ninguno de los tres jurados cantantes. Ahora nos pasa que la
juventud se acercó muchísimo a nosotros. Eso para mí es fantástico.
-¿Hubo algún participante que te haya conmovido particularmente por algún motivo?
-Muchos, pero hubo una que a mí me llamó poderosamente la atención: Laura Vargas que
cantó Todo a Pulmón el jueves en Montevideo. Uno cuando espera a un participante, espera
que el participante se mate, que tenga una voz fantástica, que cuando llegue arriba lo haga
con todo el caudal de la voz, que muestre la potencia, eso es lo que uno espera siempre
como jurado. Pero esta chica sin tener una gran voz, hizo una creación de su participación en
este certamen, y a mí me gustó muchísimo porque le vi algo más, le vi un plus, le vi un estilo,
personalidad, que para mí eso es lo más difícil de encontrar en un artista. Ella tenía ángel,
estilo, carisma, y me gustó mucho porque me hizo erizar la piel cuando cantó. Fue muy creativa
con lo que hizo, y le puso mucha pasión, mucho sentimiento y una voz preciosa.
-Da la sensación que ustedes disfrutan más haciendo Soñando por Cantar que Cantando
por un Sueño…
-Porque acá somos nosotros. Cantando es otro programa que no tiene absolutamente nada
que ver con éste. El Cantando son famosos que no cantan, con desconocidos que sí cantan.
Mediavilla me decía “¿Cómo vamos a hacer ahora este programa?”, yo le dije que fuera él
mismo, que no tenía por qué cambiar en cada programa. Vos sos siempre el mismo, vos sos
una isla adentro del programa. Aunque fuese diferente, uno tiene que intentar ser uno mismo,
en eso radica la autenticidad de un artista. Yo ahí los traté con el mismo respeto y les dije las
mismas cosas. Se puede bajar línea sin ser agresivo y sin entrar en escándalos, y me divertí
muchísimo, es un programa para divertirse.
-Pero la estrella de este año es Soñando por Cantar…
-Ah, obvio, para mí sí. Seguro. Pero no te olvides que el Soñando por Cantar es un “pre
Cantando” para los participantes porque uno de ellos va participar de Cantando por un Sueño
el año que viene.
-¿Cómo te sentiste en Cantando por un Sueño cuando tuviste que calificar a tu esposo?
-Cau canta muy bien. No sé qué esperaba todo el mundo de ese encuentro. En casa lo
hablamos mucho eso, yo le dije que si cantaba bien lo iba a puntear muy bien y si cantaba mal
se lo iba a decir con la misma sonrisa y la misma cara, pero no es que le iba a poner un 10 si
está para un 6, y él me dijo que no había ningún problema. Así que está todo bien. Además,
nunca le voy a poner un 6 porque canta bárbaro.
-¿Te preocupan algo todas las especulaciones que se puedan generar con eso?
-No, me río. Sé los códigos de la tele y todo el mundo esperaba no sé qué. Fue muy divertido,
le va a ir bien.
-¿Y cómo pensás que va a ser el encuentro con Ileana Calabró, con quien estuviste bastante peleada?
-Con Ileana no pasa nada, está todo bien...
-¿Te la cruzaste alguna vez después de las discusiones al aire?
-Sí, mil veces. No pasa nada. Yo sigo manteniendo lo mismo: ella no puede cantar. No lo
digo mal, no es un delito no poder cantar, la gente dice “ay, dijo que no…” y si es no… Yo
no sé hacer otras cosas tampoco. Por ahí se lo dije muy directo y no le gustó… El otro día
Mediavilla le dice a una chica en Cantando por un Sueño “no me gustó lo que hiciste”, y la
chica le responde “pero yo estudié dos años de lírico”. No tiene nada que ver, podés estudiar
toda la vida y no tener el don ni las condiciones para cantar. El instrumento viene con uno, es
muy difícil cantar, no es como bailar o actuar donde uno puede zafar. Si no traés tus cuerdas
vocales para cantar desde que nacés, no hay forma de que puedas cantar. Y a Ileana le pasa
eso.
-Pero a la gente que canta bien, ¿qué le genera que haya toda una industria en torno a
personas que hacen gala de lo mal que cantan?
-Todo el mundo canta, el querer cantar es liberarse, es lindo, está bueno. Y ni me hagas
acordar que Iliana ganó… Pero nunca va a llegar a ser una “cantante”, pero no es peyorativo…
Hace cinco años que le dije esto y sigo hablando de lo mismo, y ahora empieza otra vez, ¡Dios
mío! ¡Acuérdense cuando cantó “Libre”! ¡Que no me acuerde yo sola! Fue terrible. Cuando los
chicos no quieren tomar la sopa le ponen la canción que cantó Ileana…
-¿Por qué no estás en Bailando por un Sueño como se había dicho?
-Iba a estar. Pasó que trabajo seis días a la semana, no puedo. Tuve una reunión con Marcelo
(Tinelli) y le dije “vos estás loco”. Me pidió por favor y le dije que no. Yo bailo, y bailo bien. Pero para
bailar tengo que prepararme mucho, porque no es cantar que yo voy, abro la boca y canto.
Me dijo “si te tengo que sacar del Soñando por Cantar, entonces no”. Entonces no. Yo no
puedo ensayar dos horas, tengo que ensayar mucho para hacer un papel digno. Entonces le
prometí que el año que viene sí estoy.
-¿Nunca te lo habían ofrecido antes?
-No, nunca es la primera vez. Pero me hubiera encantado hacerlo en serio porque me gusta
mucho y lo puedo hacer bien, pero para hacerlo bien yo tengo que ensayar mucho, y si no
tengo ensayo no voy a ir a hacer un papelón ni loca. Tengo autocrítica.
-La incorporación que causó más ruido fue la de Florencia Peña, ¿cuál es tu opinión
sobre esto?
-Si baila bien que la llamen y baile. Si va a bailar, no va a hacer política. Cada uno tiene su
interés político y puede ser fanático de quien quiera…
-¿Vos tenés una postura política explícita?
-Por supuesto que sí. Yo no soy kirchnerista, pero admiro lo que tiene Cristina, que siendo una
mujer sola tiene que ponerse al frente de un país. Me imagino que debe ser muy difícil para
ella. Eso me hace admirarla en ese sentido. Después, para mí comete muchos errores en la
economía y en muchas cosas, pero hemos tenido hombres malísimos también.
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